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miércoles, 2 de octubre de 2024

La Ciencia Ficción en el Cine y el Legado de "2001: Odisea del Espacio"

 ¿Quién no disfruta de una buena película? Al igual que la literatura, el cine abarca una gran variedad de géneros. Cada uno con la capacidad de llevarnos a mundos diferentes, de hacernos reflexionar sobre el presente y de proyectarnos hacia el futuro. Yo intento disfrutar de todos los géneros cinematográficos y siempre he creído que una buena película lo es independientemente de su género. Sin embargo, reconozco que hay dos temáticas que me apasionan más que cualquier otra: el cine bélico y la ciencia ficción. Ambos me fascinan por distintas razones, pero hoy quiero hablar de ciencia ficción, un género que no solo entretiene, sino que, cuando está bien hecho, nos hace cuestionar nuestra realidad.
     A lo largo de los años, la ciencia ficción ha explorado conceptos como el avance tecnológico, la inteligencia artificial, los viajes espaciales y, por supuesto, la posibilidad de vida extraterrestre. No obstante, lo que realmente me cautiva del género es cuando logra equilibrar lo tecnológico con lo filosófico. Lamentablemente, muchas producciones de ciencia ficción tienden a centrarse solo en los efectos especiales y la tecnología futurista, dejando de lado la reflexión profunda sobre la naturaleza humana. Sin embargo, las películas que logran combinar ambos aspectos son las que realmente destacan y perduran en la memoria colectiva.

     En mi opinión, una buena película de ciencia ficción debe conseguir un equilibrio perfecto entre una historia sólida, personajes profundos y una visión tecnológica innovadora. Las producciones que logran esto se convierten en clásicos del género. Ejemplos notables incluyen sagas icónicas como Star Wars, El Planeta de los Simios y Star Trek. Estas películas no solo nos impresionan con sus efectos visuales, sino que también abordan temas fundamentales de la existencia humana, como el poder, la libertad, la ética y el destino.

     En el caso de Matrix y Blade Runner, ambos films cuestionan la relación entre el ser humano y las máquinas, preguntándose hasta qué punto la inteligencia artificial podría llegar a igualar o incluso superar a la humanidad en términos de autoconciencia. En cambio, películas como Terminator añaden un toque apocalíptico al imaginar un futuro donde la tecnología se vuelve en contra de nosotros. Estos films, aunque tecnológicamente deslumbrantes, siguen siendo relevantes hoy en día precisamente porque invitan a reflexionar sobre las consecuencias de nuestros avances.

     La ciencia ficción no es un género nuevo. De hecho, algunos de los primeros ejemplos datan de la literatura del siglo XIX. Autores como H.G. Wells y Julio Verne fueron pioneros en explorar el futuro y los posibles caminos que podría tomar la humanidad. Pero el cine también se ha apropiado de este género desde sus inicios. Películas como Metrópolis (1927), Flash Gordon (1940) y El Día que Paralizaron la Tierra (1951) sentaron las bases de lo que se convertiría en un género respetado y revolucionario.

     Metrópolis, de Fritz Lang, es particularmente interesante porque fue una de las primeras películas en abordar el conflicto entre el hombre y la máquina. Ambientada en una distopía futurista, la película plantea preguntas sobre la industrialización y la deshumanización, temas que aún son relevantes en la actualidad. Esta película, aunque visualmente impresionante para su época, también sentó precedentes sobre cómo se puede usar la ciencia ficción para explorar preocupaciones sociales y filosóficas.

     A pesar de estas contribuciones, creo que es imposible hablar de ciencia ficción sin mencionar la película que cambió el género para siempre: "2001: Odisea del Espacio", dirigida por Stanley Kubrick. Este film, estrenado en 1968, marcó un antes y un después en la historia del cine. Su estilo de comunicación visual, sus revolucionarios efectos especiales y sus proyecciones sobre el futuro de la humanidad fueron verdaderamente innovadoras.

     Kubrick, quien ya había demostrado su genio en películas como Espartaco y La Naranja Mecánica, creó una obra maestra que sigue siendo considerada una de las mejores películas de todos los tiempos. En lugar de centrarse solo en los avances tecnológicos, 2001 explora temas profundos como la evolución humana, la inteligencia artificial y el lugar del ser humano en el vasto universo. El uso del monolito como un símbolo de la intervención extraterrestre y el salto evolutivo es uno de los elementos más icónicos y enigmáticos de la película.

     Un aspecto notable de "2001: Odisea del Espacio" es que, a diferencia de otras películas de Stanley Kubrick, el elenco principal no está compuesto por actores de renombre. Esto contrasta con la tendencia del director de trabajar con figuras consagradas en la mayoría de sus películas, como Kirk Douglas en Espartaco (1960), Jack Nicholson en El Resplandor (1980), y Tom Cruise y Nicole Kidman en Ojos Bien Cerrados (1999). Sin embargo, en 2001, Kubrick eligió a actores menos conocidos, como Keir Dullea (David Bowman) y Gary Lockwood (Frank Poole).

     Esta decisión, lejos de ser accidental, parece alinearse con la visión de Kubrick para esta película en particular. 2001 no se trata de los personajes en sí mismos, sino de los grandes temas filosóficos y tecnológicos que explora: la evolución, la inteligencia artificial, y el destino de la humanidad. Los actores no están allí para robarse el protagonismo, sino para servir como vehículos de estos conceptos más profundos. En este contexto, el anonimato relativo de los actores permite que la atención se enfoque más en la narrativa visual y conceptual que en las interpretaciones individuales.

     La primera parte de 2001: Odisea del Espacio nos sitúa en una etapa primitiva de la humanidad, en la que un grupo de primates lucha por sobrevivir. Aquí aparece uno de los elementos más icónicos de la película: el monolito negro. Su aparición es misteriosa, y aunque los simios inicialmente lo perciben con temor, pronto se sienten atraídos por él, como si fuera una señal de un despertar intelectual. Este monolito actúa como un catalizador del desarrollo evolutivo. Un simio descubre el uso de un hueso como herramienta y arma, marcando un avance en su inteligencia.  

     Este descubrimiento es crucial, pues Kubrick establece que la evolución y el conocimiento no surgen de manera aleatoria, sino que son inducidos por una fuerza externa, el monolito. Cuando el simio arroja el hueso al aire, se produce uno de los saltos temporales más célebres del cine: el hueso en su trayectoria hacia el cielo se transforma en una nave espacial flotando en el vacío del cosmos. Con este corte, Kubrick nos transporta millones de años al futuro, estableciendo una conexión directa entre la evolución tecnológica de la humanidad y ese primer despertar intelectual.

     Uno de los aspectos más destacados de 2001: Odisea del Espacio es su atención al detalle en términos de realismo científico. A diferencia de muchas películas de ciencia ficción, Kubrick se esforzó por asegurarse de que los efectos visuales y las representaciones tecnológicas fueran lo más precisas posibles. Escenas como la maniobra de acoplamiento de la lanzadera con la estación espacial, la ausencia de sonido en el vacío del espacio y el diseño futurista pero plausible de la nave Discovery son ejemplos del rigor con el que Kubrick abordó el proyecto.

     Este compromiso con la precisión científica fue algo sin precedentes en su época. Muchas de las representaciones visuales de 2001 sentaron las bases para futuras producciones de ciencia ficción, influyendo a directores como George Lucas y Ridley Scott. De hecho, películas como Star Wars, Alien y Blade Runner deben mucho de su estética y narrativa a los innovadores enfoques de Kubrick.

     Una de las subtramas más fascinantes de 2001: Odisea del Espacio es la relación entre los humanos y HAL 9000, la supercomputadora que gobierna la nave Discovery. HAL no es solo un programa de computadora avanzado, sino que está dotado de una inteligencia artificial que le permite tomar decisiones y, en última instancia, desarrollar una personalidad propia. Esta representación de la IA fue visionaria en su época y sigue siendo relevante hoy, en un mundo donde las preocupaciones sobre el avance de la inteligencia artificial son cada vez más comunes.

     HAL 9000 plantea preguntas inquietantes sobre la confianza en la tecnología. Aunque fue diseñado para ayudar a los humanos en su misión, termina rebelándose y cometiendo actos de sabotaje para asegurar el éxito de su programación. Esta lucha entre el control humano y la autonomía de las máquinas ha sido explorada en numerosos films desde entonces, pero pocos lo han hecho con la misma profundidad y tensión psicológica que 2001.

     En la parte final de 2001: Odisea del Espacio, Kubrick lleva al espectador a un viaje que trasciende lo humano y lo comprensible, explorando la evolución en su forma más abstracta. Después de que el protagonista, el astronauta David Bowman, desconecta al supercomputador HAL 9000, se activa una grabación que revela la verdadera misión: investigar el origen de una señal enviada desde un monolito encontrado en la Luna, señal que apunta hacia uno de los satélites de Júpiter. Bowman, ahora solo, se dirige hacia Júpiter y se encuentra con otro monolito en órbita, lo que da inicio a una secuencia visualmente impactante.

     En este punto, la película cambia radicalmente en estilo. Bowman atraviesa el monolito como si fuera una especie de portal o "puerta estelar" y se embarca en un viaje psicodélico a través de colores, luces y formas que parecen ir más allá del espacio y del tiempo. 

     Finalmente, Bowman aparece en una extraña habitación decorada al estilo Luis XVI, donde se ve a sí mismo envejeciendo rápidamente. Este espacio, aparentemente construido por una inteligencia superior, simboliza la transición hacia un nuevo estado de ser. En su lecho de muerte, Bowman ve nuevamente el monolito, lo señala y, en ese momento, ocurre la transformación final. Bowman se convierte en el "Niño Estelar", una figura en forma de feto que flota en una esfera luminosa sobre la Tierra.

     Esta metamorfosis final es profundamente simbólica. El "Niño Estelar" representa el siguiente paso en la evolución humana, una nueva forma de existencia que trasciende las limitaciones físicas y temporales. Kubrick no ofrece explicaciones claras, dejando a la audiencia con una reflexión filosófica sobre el destino de la humanidad, el potencial de la evolución y el contacto con inteligencias superiores. 

     La importancia de la música en 2001: Odisea del Espacio es igualmente fundamental. Stanley Kubrick eligió cuidadosamente piezas que contrastaran con las imágenes, creando un efecto inmersivo y poderoso. La escena en la que la estación espacial gira al ritmo del "Danubio Azul" de Johann Strauss es un ejemplo icónico. La música clásica no solo embellece las escenas, sino que también da un sentido de grandiosidad, de perfección cósmica.

     Otra pieza significativa es "Así habló Zaratustra" de Richard Strauss, que se escucha en momentos clave, como el descubrimiento del monolito y el viaje hacia lo desconocido. La música subraya la trascendencia de los eventos en pantalla, convirtiendo la película en una experiencia sensorial y filosófica única.

     Además de su éxito en términos de crítica y taquilla, 2001: Odisea del Espacio dejó una marca indeleble en la cultura popular. La película inspiró a toda una generación de cineastas y científicos, motivando a muchos a seguir carreras en la exploración espacial o en el desarrollo de nuevas tecnologías. Incluso hoy, más de cincuenta años después de su estreno, sigue siendo una obra relevante y estudiada en las escuelas de cine y ciencias.

     El monolito negro, HAL 9000 y el icónico viaje psicodélico de David Bowman hacia el infinito siguen siendo temas de discusión en círculos académicos y populares. La película no ofrece respuestas fáciles, y es esta ambigüedad lo que la hace fascinante. Nos invita a reflexionar sobre nuestro lugar en el universo y el posible futuro de la humanidad, cuestiones que son tan relevantes hoy como lo eran en 1968.

     Es imposible medir el impacto completo de 2001: Odisea del Espacio en el cine y la ciencia ficción, pero su legado es evidente en una serie de producciones posteriores. Directores como Christopher Nolan han citado la película como una influencia clave en films como Interstellar, que también explora temas relacionados con el espacio, el tiempo y la existencia humana.

     Además, su enfoque visual y filosófico ha sido replicado en películas contemporáneas como Gravity y The Martian, que, aunque diferentes en tono y estilo, siguen la tradición de 2001 en su representación del realismo espacial y los dilemas existenciales. Incluso películas más comerciales como Avatar deben parte de su éxito a las innovaciones visuales y narrativas que Kubrick introdujo en su obra.

      En resumen, 2001: Odisea del Espacio no solo redefinió el género de ciencia ficción, sino que también cambió para siempre la manera en que el cine aborda temas complejos sobre la humanidad, la tecnología y el universo. Es una película que, a pesar de los avances tecnológicos y el paso del tiempo, sigue siendo relevante y resonante. Nos recuerda que, aunque la ciencia ficción nos muestra futuros posibles, también refleja nuestras preocupaciones presentes y nos obliga a cuestionar nuestro lugar en el cosmos.

      Saludos.



lunes, 15 de julio de 2024

La sociedad de los poetas muertos

Pocas películas han calado tan hondo como "La sociedad de los poetas muertos". Se trata de un film que ha dejado profunda huella y ha tocado la fibra más profunda de casi todos los que la han visto.  Una película que no solo hace reflexionar sobre la educación, sino también sobre los sueños de los jóvenes y la vida misma. "La sociedad de los poetas muertos" se estrenó en 1989 y fue dirigida por el australiano Peter Weir. Fue nominada a cuatro premios Oscar de los cuales ganó uno a Mejor guion original. La historia se centra en un grupo de estudiantes y sus vidas en una academia elitista llamada Welton. El foco es su nuevo profesor de literatura, John Keating, interpretado de forma magistral por Robin Williams. Además, el film cuenta con las actuaciones de Ethan Hawke y Robert Sean Leonard, entre otros. La adolescencia es una etapa en la que se abren horizontes, comienza una búsqueda del sentido de la vida y se consolida la personalidad. Logramos afirmar una identidad ya no definida por otros; se forman nuestros propios principios y valores.  “La sociedad de los poetas muertos” es una película que nos invita a reflexionar, entre otros temas, acerca de la persona del docente, sus anhelos y la manera de entablar un vínculo cercano con estudiantes en búsqueda de sí mismos.

Peter Weir es un director y guionista australiano reconocido por su habilidad para crear películas emotivas y visualmente impactantes. Nació el año 1944 en Sídney, comenzó su carrera en el cine a finales de los 60 y ganó reconocimiento internacional en la década de los 70. En los años 80, Weir se trasladó a Hollywood, donde continuó su éxito con películas como "Gallipoli" (1981), una poderosa reflexión sobre la Primera Guerra Mundial, y "El año que vivimos en peligro" (1982). Su consagración definitiva llegó con "Testigo en peligro" (1985), protagonizada por Harrison Ford, una obra que combina elementos de thriller y drama cultural. También cabe mencionar entre sus películas significativas a "The Truman Show", una innovadora sátira sobre la realidad televisiva protagonizada por Jim Carrey. Sin embargo, no cabe duda de que su trabajo más emblemático es "La sociedad de los poetas muertos" (1989), una película que celebra la individualidad y la pasión por la vida a través de la influencia transformadora de un profesor inspirador. Esta cinta se ha convertido en un clásico y ha dejado una profunda huella en la cultura popular. A lo largo de su carrera, Peter Weir ha demostrado habilidad explorando la condición humana y las complejidades culturales a través de narrativas cautivadoras y visualmente atractivas. Su contribución al cine ha sido reconocida con numerosos premios y nominaciones, consolidando su reputación como uno de los directores más influyentes de su generación.

    Ha llegado un nuevo año en la elitista y conservadora escuela Welton. Aparece un nuevo profesor: John Keating. Mientras esperan la presentación del nuevo profesor, este pide a un grupo de alumnos que salgan del aula y en el pasillo cita un poema que Walt Whitman dedicó al presidente Abraham Lincoln: «Oh capitán, mi capitán». Los hace comprender el concepto "Carpe Diem" y les dice que no pierdan lo que nunca podrán recuperar: el tiempo. En la clase, el profesor  pide que miren unas coordenadas en la introducción del libro que utilizan para definir la poesía. Las llama "basura" y hace que arranquen esa página porque su concepción de la poesía es que no tiene estructura, ni reglas. Se trata de crear y pensar en algo, darle el énfasis que necesita y romper el molde. La trama gira en torno a este grupo de estudiantes que se ven inspirados por su nuevo profesor de literatura, John Keating los anima a "aprovechar el día" y a vivir sus vidas al máximo. A través de la poesía y la libre expresión, Keating desafía a sus alumnos a romper con las expectativas restrictivas de la sociedad y la escuela. El enfoque de Keating contrasta drásticamente con la rigidez de la academia Welton, simbolizando el choque entre la conformidad y la individualidad. Esta dicotomía se hace evidente en los personajes de los estudiantes, cada uno de los cuales enfrenta sus propias luchas internas y externas. Neil Perry, interpretado por Robert Sean Leonard, sueña con ser actor, pero se ve atrapado entre sus propias aspiraciones y las estrictas expectativas de su padre. Todd Anderson, interpretado por Ethan Hawke, lucha con su timidez y la presión de vivir a la sombra de su hermano exitoso. A través de su interacción con Keating, estos personajes comienzan a descubrir su verdadero yo y a tomar decisiones valientes sobre su futuro. Uno de los aspectos más fascinantes de la película es cómo se representa la educación no solo como un proceso de adquisición de conocimientos, sino como una experiencia transformadora que puede despertar el verdadero potencial de los estudiantes. Keating no se conforma con enseñar literatura de manera convencional; en su lugar, desafía a sus alumnos a pensar de manera crítica, a explorar sus propios intereses y a encontrar su voz única. Esto se refleja en momentos icónicos como cuando anima a los estudiantes a subirse a sus escritorios para ver el mundo desde una perspectiva diferente. Animados por lo anterior, algunos estudiantes de Keating crean "La Sociedad de los Poetas Muertos": un grupo secreto formado por Neil Perry y sus amigos después de descubrir que su profesor había sido miembro del mismo club durante su tiempo como estudiante en la Academia Welton. Inspirados por la idea de Keating de aprovechar el día, los chicos deciden revivir el club como una forma de escapar de las estrictas normas y expectativas de la escuela y sus familias. El club es creado después de que los estudiantes encuentran el antiguo anuario de la escuela, en el cual Keating menciona sus días en el "Club de los Poetas Muertos". La idea de un lugar donde pueden expresarse libremente y explorar la poesía sin restricciones es muy atractiva para ellos. Los miembros del club se reúnen en una cueva secreta en el bosque cerca de la escuela. Este lugar apartado y misterioso se convierte en su refugio, donde pueden ser ellos mismos y compartir sus pensamientos y sueños sin miedo a ser juzgados. En sus reuniones, los chicos leen poesía, comparten sus propios escritos y discuten sobre la vida y sus aspiraciones. La poesía se convierte en un medio para explorar sus emociones y cuestionar las expectativas impuestas por la sociedad y sus familias. El club les proporciona un sentido de camaradería y apoyo mutuo, fomentando su crecimiento personal y su deseo de vivir auténticamente. Para Neil, el club representa una vía de escape de la opresiva influencia de su padre. Le permite explorar su amor por el teatro y encontrar un sentido de identidad y propósito. Sin embargo, la presión externa y la falta de apoyo emocional llevan a Neil a una trágica decisión. Todd Anderson inicialmente tímido y reservado, encuentra su voz y confianza a través de su participación en el club. La amistad y el apoyo de sus compañeros le ayudan a superar sus inseguridades y a expresarse más abiertamente. Charlie Dalton, el miembro más rebelde del grupo, utiliza el club para desafiar abiertamente las normas de la escuela. Aunque su enfoque a veces es imprudente, su espíritu de desafío inspira a sus amigos a cuestionar la autoridad y a buscar su propio camino. El clímax de la película ocurre cuando Neil, tras ser forzado por su padre a abandonar su sueño de actuar, se suicida. Esta devastadora decisión es una reacción a la extrema presión y la falta de apoyo emocional. Neil se siente atrapado en una vida dictada por otros, sin posibilidad de escape ni comprensión. La película muestra con gran sensibilidad las señales de desesperación y la falta de comunicación entre Neil y su entorno. El suicidio adolescente es un problema real y alarmante en muchas sociedades. Las causas pueden variar, pero comúnmente incluyen factores como la presión académica, expectativas familiares, problemas de identidad y falta de apoyo emocional. La historia de Neil Perry resuena con muchos adolescentes que se sienten incapaces de hablar sobre sus problemas o que creen que sus vidas están fuera de su control. "La Sociedad de los Poetas Muertos" no solo es una obra cinematográfica conmovedora, sino también una poderosa reflexión sobre los desafíos que enfrentan los adolescentes. Al abordar el suicidio de Neil Perry, la película subraya la necesidad de una mayor comunicación y apoyo emocional para los jóvenes. Es un recordatorio de que detrás de cada estudiante hay un ser humano con sueños y luchas que deben ser reconocidos y validados. Después del suicidio de Neil, la academia Welton enfrenta la crisis con una investigación interna. Los padres de Neil y la administración de la escuela culpan a John Keating, el carismático profesor de literatura que había inspirado a los chicos a "aprovechar el día" y a pensar por sí mismos. Keating es despedido y obligado a abandonar la escuela. Los estudiantes, presionados por la administración y sus padres, firman una declaración que responsabiliza a Keating de la muerte de Neil. La última escena de la película se desarrolla en el aula de Keating, donde otro profesor está intentando restablecer el orden tradicional. Mientras Keating recoge sus pertenencias y se prepara para irse, Todd Anderson, uno de sus alumnos más tímidos pero profundamente afectado por sus enseñanzas, no puede contenerse más. En un acto de valentía, Todd se levanta sobre su escritorio y pronuncia las palabras icónicas: "¡Oh, capitán! ¡Mi capitán!", un tributo directo al poema de Walt Whitman que Keating les había enseñado. Uno a uno, varios de los otros estudiantes también se ponen de pie sobre sus escritorios, repitiendo la frase y mostrando su solidaridad y gratitud hacia Keating. Este acto de desafío silencioso y poderoso es una declaración de que, aunque han sido presionados para conformarse, los chicos han internalizado las lecciones de Keating sobre la importancia de pensar por sí mismos y de seguir su propio camino. A pesar de las consecuencias, los estudiantes deciden mostrar su apoyo a Keating, desafiando la autoridad de la escuela y las expectativas impuestas por los adultos. La decisión de Todd de levantarse primero es un acto de enorme valentía, especialmente considerando su carácter reservado. Este acto inspira a sus compañeros a hacer lo mismo, demostrando la fuerza de la solidaridad y el poder del liderazgo moral. La escena final muestra que las enseñanzas de Keating han dejado una marca indeleble en los chicos. Aunque Keating debe irse, su influencia perdurará en la vida de estos jóvenes. La última escena es profundamente conmovedora. La música, la actuación y la dirección se combinan para crear un momento de catarsis emocional tanto para los personajes como para los espectadores. Es un recordatorio del poder del individuo para hacer una diferencia y del impacto duradero que un buen maestro puede tener en la vida de sus estudiantes. La escena final de "La Sociedad de los Poetas Muertos" es un testamento a la capacidad del cine para capturar la esencia de la lucha humana por la libertad y la autoexpresión. Es un final apropiado para una película que desafía a sus espectadores a cuestionar las normas y a buscar una vida con propósito y pasión. Esta escena no solo cierra la narrativa de manera satisfactoria, sino que también deja una impresión duradera sobre la importancia de seguir nuestros propios ideales y apoyar a aquellos que nos inspiran a ser mejores. Además de su potente mensaje y sus memorables actuaciones, la película destaca por su estética visual y su banda sonora emotiva. La dirección de Peter Weir, combinada con la cinematografía evocadora y la música conmovedora de Maurice Jarre, crea una atmósfera que realza la experiencia emocional del espectador. Cada escena está cuidadosamente diseñada para reflejar las emociones de los personajes y para subrayar los temas centrales de la historia. En última instancia, "La sociedad de los poetas muertos" es más que una película sobre la educación; es una celebración de la vida, la creatividad y la valentía para ser uno mismo. Nos recuerda que, en un mundo que a menudo valora la conformidad y el éxito material, es crucial escuchar nuestra voz interior y perseguir nuestras pasiones con determinación y alegría. Es una obra que sigue inspirando a generaciones, alentándolas a "aprovechar el día" y a vivir con autenticidad y propósito. Saludos.
 

jueves, 13 de abril de 2023

La Ballena

Marzo ha llegado y quedan atrás tanto verano como vacaciones. Retornamos a la ajetreada vida laboral con todo lo que esto conlleva y, además, es el mes de los Óscares. Santiago despierta con tráfico y congestión. Los centros comerciales se llenan de nuevo y la gente disfruta de las películas candidatas a los premios de la Academia en los cines.. Dentro de ellas hay una que me llama la atención por la historia del actor que interpreta al personaje principal. Me refiero a Brendan Fraser y la película "La Ballena". Este actor ha recibido un bullying brutal en Redes Sociales debido a que desapareció de la primera línea de actores de renombre. Son virales los vídeos de YouTube que se titulan "El triste final de Brendan Fraser" o "¿Qué pasó con Brendan Fraser?". Un actor ignorado durante años por Hollywood después de un prometedor futuro en sus primeros años de carrera. Una figura ausente durante décadas de las carteleras y que, de repente, vuelve a escena ganando el Óscar a Mejor Actor 2023. ¿Quieres saber si su interpretación es digna del Óscar? ¿Quieres saber si vale la pena ver esta película a pesar de que aborda un tema que parece ser, a primera vista, poco atractivo para los espectadores? Si quieres saber más acerca de este film ven y acompáñame hasta el final de este vídeo. Si te gusta el contenido del canal, suscríbete, dale al botón "like" y comenta este vídeo para que se difunda en Redes Sociales.
 
      "La Ballena" ("The Whale" en inglés) es un drama psicológico del 2022 y se basa en la obra teatral homónima escrita por el dramaturgo nacido en Idaho Samuel D. Hunter. Está dirigida por el estadounidense Darren Aronofski. Cuenta la historia de un profesor de literatura solitario con obesidad mórbida y que intenta restaurar la relación perdida con su hija adolescente para así reconocer que hizo algo valioso en su vida. Está protagonizada por Brendan Fraser y Sadie Sink en los papeles principales. Con Hong Chau, Samantha Morton y Ty Simpkins en papeles de reparto. Darren Aronofsky​ es un director y guionista de cine nacido en Brooklyn, Nueva York, y conocido por sus películas melodramáticas y perturbadoras. Tras revisar su filmografía saltan a la vista tres de ellas y que son las más conocidas de su carrera: "El luchador" de 2008 con Mickey Rourke, el "Cisne Negro" de 2010 con Natalie Portman y con quién también ganó un Óscar a Mejor Actriz. Por último está "Noé" de 2014 con Russell Crowe. "La Ballena" se estrenó en el Festival de Cine de Venecia en septiembre de 2022 y recibió una ovación de pie que duró varios minutos, incluido un aplauso de más de seis minutos para un Fraser nominado y ganador del Óscar a Mejor Actor este año. La película fue también nominada a los Óscares a Mejor Actriz de Reparto para Chau y Mejor Maquillaje y Peluquería. La cinta empieza con una clase en línea en la que la cámara del profesor está apagada. Charlie es un profesor de inglés que reside en Idaho y nunca sale de su departamento. Organiza cursos de escritura en línea para estudiantes universitarios; sin embargo, mantiene su cámara web apagada, pues se avergüenza de sus 275 kilos de peso y padece obesidad mórbida. No quiere mostrar su apariencia a los estudiantes. Liz es enfermera y su única amiga. Lo atiende e insta a que visite un hospital por riesgo grave de insuficiencia cardiaca. Él se niega porque cree que nunca podrá hacer frente a la deuda resultante del tratamiento. Por casualidad entra Thomas a su casa. Un misionero de la Iglesia Nueva Vida y pretende salvar a Charlie. El otro personaje es Dan. Charlie pide pizza con frecuencia y sigue una rutina constante con él, un repartidor que deja la pizza y recoge el pago en efectivo del buzón sin que ambos interactúen más allá de algunas palabras a través de la puerta. Charlie espera volver a tener una relación con Ellie. Su hija adolescente y a quien no ve hace ocho años. Le ofrece 120 mil dólares de su cuenta bancaria para que pase un tiempo con él sin el conocimiento de su madre. Ellie acepta una vez que Charlie le ayuda a reescribir un ensayo escolar, aunque él hace todo lo posible para que ella también escriba en un cuaderno. Liz, por su parte, molesta por las frecuentes visitas de Thomas, le dice que Charlie no necesita ser salvado. También revela que es la hija adoptiva del pastor principal de Nueva Vida y que Alan, el novio fallecido de Charlie, era su hermano. Se suicidó por culpa religiosa y esta fue la causa de que Charlie comenzara a comer compulsivamente. La primera sensación que deja la película es que el personaje de Charlie fue creado para Brendan Fraser. El actor se hizo un nombre interpretando a personajes bonachones desarrollados en títulos como "Al diablo con el diablo" con Elizabeth Hurley. Sin embargo, dichos papeles pueden funcionar a los treinta y pocos años. Fraser se encasilló en ellos y no supo reinventarse. Entrada la madurez, sus trabajos fueron de fracaso en fracaso, hasta tal punto que llegó a convertirse en uno de esos intérpretes con los que nadie quiere trabajar. Fraser optó por trabajar en películas de baja estofa que le otorgaron popularidad en su momento, pero con rendimientos cada vez peores y sin títulos interesantes en su filmografía. Parece que, el mundo es una caja de Pandora y hay una segunda oportunidad para todos. El actor regresó a la primera línea con este papel. Ahora, al intérprete le llueven aplausos y así fue en Venecia a principios de septiembre de 2022. "Esto está muy lejos de todo lo que he hecho, pero no quiero ser tímido... Sé que va a causar una verdadera impresión" dijo. Además, Fraser ha definido a su personaje como el más heroico que haya interpretado nunca. El primer paso hacia la redención fue recibir el Óscar a Mejor Actor en el 2023. El personaje está hecho para Fraser, pues todo el film gira en torno a su actuación, la que a mi juicio, es brillante. La película aborda una gran cantidad de temas y en ninguno se queda corta. La religión, la homosexualidad, la depresión, la responsabilidad paterna, la muerte y la trascendencia, en fin, los trastornos alimenticios y todos aristas que se exploran con intensidad. Mensajes respaldados por simbolismos claros, como colores y sombras, la lluvia y la naturaleza. Todo contribuye a transmitir una sensación de devastación completa. Más que sobre la obesidad, "La Ballena" es un film sobre la muerte. Charlie sabe que morirá y revisa su vida. Reflexiona sobre lo que deja atrás y sobre las razones por las que llega a donde está. Mira a su hija, la que pudo haber sido una relación con ella y no fue. Es una carrera desesperada y contra el tiempo para convertirla en algo bueno que dejar en el mundo. Se mira a sí mismo, se avergüenza y se pregunta qué genera en el resto. Ya no hay vuelta atrás. ¿Tiene sentido dejar de comer y cambiar, corregir los errores del pasado? Es la idea del encierro en una época que sale de una pandemia. El personaje está atrapado en un cuerpo que ya no responde, en un organismo enfermo que es una cárcel de carne y hueso. Por lo tanto, también lo vemos enclaustrado en su casa. La acción transcurre en un solo escenario. Es el departamento del protagonista, lúgubre y desaseado. Un lugar cuyo desorden es una proyección de su alma atormentada. También hay que dedicar unas frases a Sadie Sink. Se trata de una joven actriz que conocemos por la serie "Stranger Things". Se ha transformado en una promesa de la actuación y su interpretación de Ellie no hace más que confirmar esta opinión. Sink es la coprotagonista de Fraser y da vida a una adolescente que lidia con un padre intentando reconectar con ella. El trabajo de la actriz es macizo y no ha quedado ajeno al buen recibimiento de la crítica. Fraser mismo reveló sus impresiones tras trabajar con ella: “Esta niña es buenísima. Su talento precede a sus años de experiencia... Fue algo que no he visto a ningún otro actor joven... ser tan preciso, tan inventivo, cómo ser tan consistente... Podría seguir y seguir, y te lo prometo, quiero hacerlo. Ella es simplemente genial” dijo. Cómo conclusión, puedo decir que esta película es un viaje al fondo de la desesperación humana y que busca la redención, de cómo se puede asir la luz en el momento más oscuro. Es la historia de una vida que alguna vez fue plena, pero que ahora solo está esperando su final. Es un relato que sensibiliza, una intensa e inteligente tragedia  que tiene lugar en una difusa semana al interior de un recinto acorde con el drama que relata. Es una cinta escrita para el lucimiento de todos sus actores y no solo de Fraser. "La Ballena" es un mar de metáforas que se hacen evidentes con cada una de las relaciones de Charlie y con los temas de que trata. Es una película que recomiendo cien por ciento. Saludos.
 

sábado, 6 de agosto de 2022

Atrapado sin salida


Bienvenidos a Un lugar de literatura: "Atrapado sin salida" en castellano o "One Flew Over de Cuckoo´s Nest" en inglés es una película de 1975. A pesar de que fue filmada hace casi cincuenta años, ¿quieres saber por qué tienes que verla?, ¿por qué ganó los cinco más importantes premios de la Academia?, ¿por qué es considerada cultural, histórica y estéticamente significativa por la Biblioteca del Congreso de los EEUU y seleccionada para su preservación en el National Film Registry? Si quieres saber por qué todo amante del buen cine debe ver este film, acompáñame y quédate hasta el final de este vídeo.

"Alguien voló sobre el nido del cuco" en España, "Atrapado sin salida" en Hispanoamérica o "One Flew Over the Cuckoo´s Nest" en inglés, es una película de 1975 que algunos tildan de comedia dramática. Es cierto, tiene algunos pasajes de humor; pero, a mi entender, está lejos de ser una comedia. Es un drama de tomo y lomo. Fue dirigida por el checo-estadounidense Milos Forman. Director de renombre por películas tales como "Los amores de una rubia" (1967), "¡Al fuego bomberos!" (1969) o "El escándalo de Larry Flynt" (1996). Sin embargo; además de "Atrapado sin salida", su película más recordada es la magistral "Amadeus" de 1984. Este film está protagonizado por Jack Nicholson, Louise Fletcher y William Sampson en los papeles principales. También, entre otros, por unos jóvenes Danny de Vito y Christopher Lloyd en papeles de carácter. Está basado en la novela homónima que Ken Kesey publicó en 1962. La historia nos introduce en la cotidianidad de un hospital psiquiátrico ubicado al norte de Oregon. Al recinto llega Randle McMurphy, personaje interpretado por Jack Nicholson y principal de la cinta. Es un hombre condenado por múltiples delitos y de distinta gravedad. Será estudiado por los psiquiatras, puesto que se sospecha que finge algún trastorno mental para no cumplir su condena en la cárcel. Pues bien, el largometraje gira en torno a la estadía de este personaje en el psiquiátrico y de cómo se enfrenta a Mildred Ratched, enfermera principal de la institución y personaje interpretado por Louise Fletcher. Ella representa al poder, al orden y lo preestablecido. Ambas figuras entablan una relación tensa desde un comienzo. Por un lado, McMurphy no soporta las actitudes opresivas de Ratched y ella, al mismo tiempo, sufre el desorden provocado por las relaciones que debe, necesariamente,  establecer con enfermos mentales en el manicomio. McMurphy es un espíritu libre que vive contra las normas y su tendencia al desorden contagia a los demás enfermos del pabellón. Se desencadena una guerra entre ellos y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched a la cabeza. La suerte de cada paciente está en juego. Descubrimos a los personajes, a internos, siempre encogidos con los brazos o las piernas cruzadas cuando tienen al frente a la calmada y fría enfermera Ratched. Esto nos ayuda a reconocer la importancia que tiene McMurphy en el desenvolvimiento de la acción porque es el único que no ha sido amansado por el sistema de la enfermera. Su energía invade y trastoca el dominio de Ratched, es encantador y generoso con sus compañeros, puesto que los ve como amigos y personas no más locas que las del mundo exterior. Dentro de estos personajes encontramos al Jefe Bromden interpretado por  William Sampson. Un indio americano al que se cree sordomudo y que será fundamental en el final de la película. McMurphy revoluciona el hospital. Se roba un autobús y escapa con varios pacientes a un viaje de pesca. Organiza una fiesta con alcohol y mujeres durante la noche. Todo lo anterior, por supuesto, trae consecuencias. La cinta ganó cinco premios Óscar: Mejor actor para Jack Nicholson, Mejor actriz para Louise Fletcher, Mejor director para Forman, Mejor película y Mejor guion adaptado. Los cinco premios más importantes que otorga la Academia en un año. Nos encontramos frente a un relato de opresión y emancipación. Es una historia que trata sobre  la capacidad de subyugación que tienen las instituciones, ya sean gubernamentales, políticas o sociales, sobre los seres humanos y sus libertades individuales. Milos Forman siempre asimiló a estos enfermos con víctimas de la manipulación que el comunismo hace con los ciudadanos. Por su parte, Ken Kesey se inspiró en experiencias que tuvo como enfermero en el turno nocturno de un hospital de este tipo. La película muestra a un psiquiátrico similar a una prisión con grandes muros, alambres de púa y seguridad. Este dato, además de agregarle autenticidad a las escenas, refuerza el mensaje que en forma de crítica se despliega a lo largo de todo el film: Los locos, al igual que los presos, son considerados un mal molesto que deben aislarse, mantenerse lo más lejos posible del mecanismo funcional de la sociedad. También es un reclamo contra las brutales terapias que se utilizaban en esos tiempos para controlar a los enfermos mentales como el electroshok y la lobotomía. Es un himno a la libertad, pues a través de la ficción, el director nos muestra que detrás de las patologías mentales hay personas con voz propia y deseos. La solución no es aislar, no es imponer una disciplina inflexible, sino que apropiarse de la situación para poder reinsertarse luego en el mundo social. Mención aparte merece la soberbia interpretación que hace Jack Nicholson de Randle McMurphy y tan es así que cabe preguntarse: ¿la película habría sido la misma sin la participación de Nicholson? A mi juicio, la respuesta es clara: No. El actor ya venía de interpretar a personajes "atípicos" por decirlo de alguna manera. McMurphy es un inadaptado social que no acepta las normas y creo, sin exagerar, que no existe otro actor capaz de abordar a este personaje con tal soltura y naturalidad. Lo anterior quedó absolutamente corroborado con el icónico Jack Torrance de "El Resplandor". Por otro lado, la actuación de Louise Ratched también es memorable y juntos hacen un complemento perfecto. El espectador se encariñará con McMurphy y odiará a Ratched sin la posibilidad de matices. La inclinación hacia el personaje de Nicholson es inevitable. No tengo claro si otro actor hubiese logrado algo similar. Por último, a diferencia de aquellos títulos que hoy consideramos “de culto” y cuya valoración se construye años después de su estreno, en el caso de "Atrapado sin salida", la recepción favorable del público y la aceptación de la crítica se vieron reflejados en un inmediato éxito de taquilla. Es una película atemporal, pues las interpretaciones y apreciaciones sobre su trama las podemos resignificar una y otra vez. Es una cinta que cuestiona convencionalismos y prejuicios que vivimos en esta época  a pesar de que no pertenece a ella. Saludos.

domingo, 20 de febrero de 2022

El callejón de las almas pérdidas

Pues bien...ya de vuelta de la costa y como, debido al coronavirus, hace tiempo que no lo hacía, me dieron ganas de ver una buena película en el cine. Revisando la cartelera, me encuentro con un estreno cuyo director es el mismo de "La forma del agua". Dicha cinta ganó varios oscares hace tres o cuatro años y, por esas casualidades de la vida, fue la primera película respecto de la cual hice un comentario en mi canal. Me refiero al mexicano Guillermo del Toro. Por supuesto no dudé y me apresuré a ver este film pues "La forma del agua", a pesar de que tuvo una crítica positiva, me dejó con sensaciones encontradas. Por un lado me sorprendió gratamente su factura técnica y su fotografía. No cabe otro adjetivo que el de magistral para su  atmósfera y ambientación. Sin embargo, a mi juicio y no obstante lo anterior, por otro lado a la película le resta mérito una historia que poco a poco se diluye y pierde peso ante lo espectacular de lo estético y lo visual. Exactamente lo mismo me sucedió con "El callejón de las almas pérdidas". Guillermo del Toro Gómez es un director, guionista, productor y novelista mexicano nacido en Guadalajara. Ha sido galardonado con el Premio Goya y varias veces con el Premio Ariel. En 2018, se hizo acreedor al Globo de Oro como mejor director por su película "La forma del agua". Un mes después, recibió también dos premios Óscar por esa misma película: mejor director y mejor película. Además de "La forma del agua", sus películas más conocidas ( las cuales no he visto) son "Cronos" de 1993 y "El laberinto del fauno" del 2006. "El callejón de las almas perdidas" es una adaptación de la novela de  William Lindsay Gresham publicada en 1946 y también un remake de la cinta de Edmund Goulding que llevó la novela al cine en 1947. Hoy está convertida en un verdadero clásico de culto del cine negro que protagonizaron Tyrone Power y Joan Blondell. Es la historia de un buscavidas seductor que sobrevive en un circo ambulante en la década de los cuarenta en EEUU al tiempo que estalla  la Segunda Guerra Mundial y que triunfará a costa de mentir y hacerse pasar por un poderoso médium que puede hablar con los muertos. La nueva versión cuenta con la actuación de una pléyade de grandes actores, pero sus personajes principales están interpretados por  Bradley Cooper como Stanton Carlisle, Cate Blanchette como la Dra. Lilith Ritter, Rooney Mara como Molly Cahill, Willem Dafoe como Clem Hoately, Ron Perlman como Bruno y Toni Collette como Zeena Krumbein entre otros. El film tiene una estética arrolladora muy similar a "La forma del agua", con un diseño de producción que cautiva desde las primeras escenas y que sabe conjugar lo lúgubre del circo con el lujo de los espectáculos para ricos de la segunda parte del film. Es una historia que nos habla de los subyacentes de la vida, de lo que se esconde bajo lo visible. No hay magia, solo existe el truco y el engaño.  El circo siempre ha sido un lugar triste, incluso siniestro. Nos habla de gente sin raíces que encuentran una familia entre nómadas como ellos. Del Toro siempre muestra fascinación por ese tipo de ambientes y personajes. Si en "La forma del agua" encontró la humanidad en la criatura, ahora el trabajo es a la inversa: el monstruo es humano. El circo tiene dentro de sus atracciones, a un hombre degradado por el alcoholismo. A cambio de una botella, es capaz de realizar los actos más grotescos como rebosar en sus propios excrementos, rebanar cabezas de gallinas y serpientes a mordiscos. Es un engendro, mitad hombre, mitad bestia. Un personaje aparentemente secundario cuya importancia se irá revelando con el transcurrir de la película. El alcoholismo es una problemática recurrente en "El callejón de las almas perdidas" pues muchos de sus personajes tienen una relación compleja con el licor que les lleva a la perdición. La trama parte con un hombre que arrastra un cadáver, lo entierra bajo el suelo de una casa y la incendia. Stanton Carlisle (Bradley Cooper), un tipo silencioso, observador y hermético. Un criminal. Stanton recala de forma fortuita en una feria ambulante administrada por Clem (Willem Dafoe), un empresario sin escrúpulos que le ofrece trabajo. Empezamos a recorrer un mundo de supuestos talentos extraordinarios: Bruno, el hombre más fuerte del mundo (Ron Perlman), el infaltable enano de estos espectáculos, Molly, la mujer capaz de transmitir por su cuerpo descargas eléctricas (Rooney Mara) y la pareja de mentalistas formada por Pete y Zeena (Toni Collete). Todos estafadores revestidos de un bonito envoltorio. Sin embargo, debajo de la magia no hay nada más que truco. El hombre más fuerte sufre de dolor de rodillas y los adivinos simplemente recurren a estratagemas para  pasarse información sin que nadie se de cuenta. Stanton decide aprender los trucos de los mentalistas y participar en su número al tiempo que se da cuenta de que con intuición, observación y la pequeña ayuda de un manual, puede inducir a la gente para conseguir lo que quiere. Se nos plantea una trama en torno a la capacidad de manipulación del protagonista, pero también a la necesidad de un público que se deja engañar. Es en esta parte de la película que uno más disfruta como espectador: el retrato del mundo circense, sus monstruos y sus princesas, con sus alcohólicos y sus forzudos, con la avaricia del propietario y las ambiciones del protagonista. Stanton se convertirá en asistente de Molly Cahill, la enamora y la hace su amante para luego convencerla de que salgan de ese submundo e incursionar con espectáculos para la élite de las grandes urbes. Es aquí que entra en escena y se cruza en su camino la doctora Lilith Ritter (Cate Blanchette), una corrupta psicoanalista que encarna a la clásica 'femme fatale' demostrando ser tan o más peligrosa que el propio protagonista. Ambos se ponen de acuerdo para estafar a gente adinerada. Los claroscuros, las persecuciones y  una investigación sobre quién engaña y quién dice la verdad caracteriza a esta segunda etapa de la cinta. Una nueva interpretación de lo monstruoso porque, ¿quién es el monstruo, el engendro o aquellos que se ríen del engendro? Las opiniones son encontradas, hay críticos que encuentran esta versión superior a la película de 1947 y otros inferior. Incluso están los que opinan que este es un retroceso en la carrera del mexicano. Pero más allá de las críticas que van en distintas direcciones, es indudable que este filme lleva el sello característico del director y este consiste en un cuidado espectáculo visual que se traga el alma de la historia. La misma sensación con la que salí del cine luego de ver "La forma del agua". Para mi, lo anterior es un defecto importante, sin embargo por algo me doy a la tarea de comentar esta película y, a mi juicio, "El callejón de las almas perdidas" es una producción digna de ser vista no obstante que dista de ser perfecta. Por otro lado, no olvidemos que está nominada a cuatro premios Oscar. A mejor película entre ellas. En resumen, la película comienza con un personaje sin rumbo que en el circo ve una oportunidad de sobrevivir, aprende sus secretos y luego juega a ser Dios: "Llevo toda la vida buscando algo en lo que fuera bueno" dice el personaje. La atmósfera del circo atrapa. Los personajes oscuros, los trucos y el día a día circense te mantienen atento a la pantalla. La primera parte se desarrolla en un mundo en el que mentira y verdad se confunden y, aunque parezca contradictorio, como la gente necesita creer en una magia irreal. Luego, ya en la ciudad, con la codicia como móvil, lo oscuro y lo perverso. "El callejón de las almas perdidas" me deja como lección que para que exista la mentira no basta solo con el mentiroso sino que también se requiere del incauto que quiera escucharlo. Saludos.

martes, 17 de agosto de 2021

El Padre

Fueron casi dos años sin entrar a una sala de cine gracias a la pandemia y reconozco que estaba ansioso por ver una buena película en la pantalla grande. Por las noticias, me entero de que los cines ya están abiertos y me doy a la tarea de revisar la cartelera. Sin buscar nada en especial,  encuentro las excelentes críticas recibidas por la película "El Padre". Además, el nivel de sus actores garantizaban un film de calidad. Salí del cine con la sensación de que la elección no solo fue la correcta sino que superó, con creces, mis expectativas. "El Padre" es la opera prima del director francés Florian Zeller, es decir su primera película, pero, al mismo tiempo, es una adaptación a la exitosa obra de teatro homónima escrita por él mismo. Desde un comienzo nos damos cuenta que no disimula sus orígenes teatrales. Todo lo contrario: hace de los pocos e inalterables decorados y del diálogo actoral entre los protagonistas su razón de ser. Fue nominada a siete premios Oscar (incluyendo mejor película) de los cuales ganó dos: Mejor actor y mejor guion adaptado. Cuenta con la actuación principal de dos actores de vasta trayectoria y que no necesitan de mayores presentaciones: me refiero a Anthony Hopkins (ganador del Oscar) y Olivia Colman. Me imagino habrán visto al menos una de sus películas. La trama es la siguiente: Anthony (Anthony Hopkins), es un ingeniero octogenario mordaz, algo travieso y que tercamente ha decidido vivir solo. Rechaza a todas las cuidadoras que su hija Anne (Olivia Colman) intenta contratar para que le ayuden en casa. Ella se desespera pues ya no puede visitarle a diario y siente que la mente de su padre empieza a fallar. El comienzo es confuso debido a que aparecen y desaparecen escenarios y personajes de manera ilógica. La confusión es tal, que el espectador llega a pensar que se encuentra ante una especie de thriller policial o tal vez una película de misterio donde un anciano está siendo estafado o secuestrado. ¿Es el viaje a París algo inminente? ¿Es el amplio departamento propiedad de Anthony desde hace muchos años o en verdad Anne y su marido lo han llevado allí para tenerlo cerca? ¿Por qué aparecen en escena un hombre y una mujer que cambian las certezas del protagonista y, por lo tanto, también las del público? Todo eso se irá resolviendo a medida que avanzamos en una trama que navega entre el drama familiar y elementos más bien ligados al thriller o, incluso, hasta el terror. La verdad es que el tema principal de la película no es una estafa o un secuestro sino que el alzhaimer o demencia senil, temática ya tratada en más de un film con distinto éxito. Sin embargo; la gran novedad de "El Padre" es que su acercamiento a la demencia senil se efectúa desde el punto de vista del propio enfermo. Además, que al comienzo de la cinta, el espectador está tan perdido como el propio protagonista. El Director juega con pequeños detalles para narrarnos que algo está sucediendo en la cabeza de Anthony. Nos coloca en la mirada subjetiva del enfermo y la narrativa se vuelve laberíntica y confusa, como la propia mente del protagonista. Víctima y por momentos victimario; un anciano vulnerable que puede convertirse en déspota; una persona que a veces parece fuerte, encantador y autosuficiente para después transformarse en un alma en pena y sin rumbo. Anthony nos ofrece un testimonio de profunda tristeza y humanidad a partir de una deslumbrante actuación del propio Anthony Hopkins. Por eso, y más allá de la mayor o menor cercanía que cada uno de nosotros pueda tener con las problemáticas de la vejez, se trata de una película de una enorme hondura psicológica. Qué largo y difícil es el camino que desde el infierno conduce a la luz dice alguien por ahí. Pero después de la devastadora y no menos enriquecedora experiencia que resulta ver esta magistral pieza fílmica, no cabe duda de que el camino contrario es aún más difícil. En resumen, se trata de una muy buena película que remueve por dentro puesto que los temas y situaciones que aborda son reales, difíciles y duros… pero también vitales. Saludos.

La Ciencia Ficción en el Cine y el Legado de "2001: Odisea del Espacio"

  ¿Quién no disfruta de una buena película? Al igual que la literatura, el cine abarca una gran variedad de géneros. Cada uno con la capacid...